VALOR AGREGADO

Regreso a clases y Pandemia

Antonio Fourzan

El regreso a clases se está convirtiendo en una apuesta política muy riesgosa para el Presidente, debido al comportamiento reciente de la pandemia. El mandato irreversible de  que el 30 de agosto se regresa a clases presenciales “llueva, truene o relampagueé” (ahora que lo pienso, por qué no dijo “me canso ganso”) quedó registrado entre los actores políticos y en la opinión pública como sello personalísimo de López Obrador y lamentablemente toda la medida, que no estrategia, lleva el sello de la 4T: la improvisación, por ello digo que no es una estrategia, ya que no hay indicios que permitan advertir que hubo una adecuada planeación.

Lo anterior se puso en evidencia con la primera acción con la que se pretendía ordenar el proceso de ingreso de los niños a los planteles escolares, un “decálogo”, que contenía una carta responsiva con la que prácticamente el gobierno federal (SEP) se lavaba las manos de cualquier desenlace trágico que pudiera resultar por ir a la escuela, como el contagio de covid19, dejando a los padres como únicos responsables. Dicho documento fue exhibido por el diario “El Universal”. Al parecer el Presidente no estaba enterado de este requisito y al tomar conocimiento dijo públicamente que no estaba de acuerdo, que era un procedimiento burocrático impuesto “desde abajo” por conservadores, la profesora Delfina trato de librar la desaprobación del Presidente y dijo que ese no era el documento definitivo y mostró otro documento similar, que estaba peor redactado y entonces dijo que era un borrador. El caso es que finalmente se quitó este requisito, después del terrible resbalón.

Dejando a un lado estos traspiés burocráticos, lo que realmente está en juego es la salud de los niños, ya que la 3° Ola de contagios está afectando a la población de 5 a 14 años y a la de 18 a 29 y, si bien es cierto que la tasa de mortalidad en niños y adolescentes es muy baja, fundamentar el regreso a clases en este indicador es muy riesgoso y, por tanto, irresponsable, por decir lo menos, ya que está demostrado que el covid19 y más sus mutaciones son imprevisibles en cuanto su letalidad.  Por otro lado, revisando los daños que ha dejado la etapa de confinamiento y las clases a distancia en la situación psicosocial y en el nivel educativo de los niños los resultados son alarmantes. Tan sólo en la Cd. de México los delitos a menores de 17 años, principalmente niñas, llegaron a 2,694 entre los casos destacan acoso, violencia intrafamiliar y violación. También la tasa de suicidios de niños y adolescentes creció en 12%; en cuanto el aprovechamiento escolar la situación es desastrosa: el 97% de los niños que cursaron 4° año de primaria no pueden resolver problemas matemáticos y el 62% de los alumnos de 6° grado no comprenden los textos que leen, esta situación pone en riesgo nuestro futuro como país.

Ante esta situación se comprende la urgencia de que los niños regresen a clases presenciales, sin embargo, la amenaza del covid19 obliga a actuar con cautela, después de llegar a una cifra record de casi 25 mil contagios en un solo día, 4 días después los contagios bajaron hasta 14,824 y López Gatell se apresuró a pronosticar que en 15 días habría un descenso importante en los contagios, lo que permitiría llegar con tranquilidad al regreso a clases, pero como ya sabemos, sus cálculos no son confiables y el covid nos mandó un mensaje de alerta porque a la siguiente semana, es decir, el martes 17 de agosto se rebasó la cifra record anterior llegando a 28,953 contagios acompañados de 940 muertes en un solo día.

Ante este panorama no me queda más que advertir que el regreso a clases de manera generalizada es una mala decisión y peor sin un protocolo de respuesta ante un eventual contagio. Se informó por dependencias oficiales  que al existir 3 contagios en dos grupos diferentes, o sea 6 en total, se cerraría la escuela, pero estamos a una semana del regreso a las aulas y a la fecha no se ha dado a conocer el protocolo de respuesta ante esta situación. ¿Cuál será el procedimiento a seguir, a partir del primer niño contagiado? Al respecto, en noticia de última hora, la Secretaría de Salud de la Cd. de México pinta su raya y dice no se cerraran escuelas, en caso de contagio se hará una intervención selectiva. Qué significa eso, no lo explica. 

Es importante insistir que del diseño asertivo de la ruta crítica de actuación en caso de contagio, depende evitar que se provoque un caos en todo el  país, ante un eventual contagio masivo en una escuela o en varias, sin embargo, el Presidente anda  muy ocupado con el tema de la revocación de mandato, así que es probable que el regreso a clases se dé a “la buena de Dios” y que los problemas se vayan resolviendo como se presenten, al fiel estilo de la 4T.

Finalmente concluyo que el regreso a la escuela es necesario y conveniente pero de manera gradual, atendiendo a las condiciones específicas de cada plantel: ubicación, tamaño,  número de alumnos, servicios con que cuenta, nivel de organización de los padres de familia, etc. Yo hubiera establecido un Comité Nacional Coordinador del Regreso a Clases formado por SEP, SNTE y CNTE, Asociación de Padres de Familia y SSA, bajando en cascada a nivel estatal y municipal, hasta llegar a cada escuela, dicho comité se daría a la tarea de certificar que la escuela cumple con estándares predefinidos para dar seguridad a todos los involucrados en el regreso a clases, incluso considerando los traslados, una vez revisados y aprobados, cada una de las partes firmaría de común acuerdo autorizando así las actividades escolares. Además de lo anterior y de manera paralela, daría capacitación a padres de familia, mediante folletos ilustrados, entre otros medios, para que a su vez enseñaran a los niños a comportarse en la escuela bajo condiciones de pandemia, lo anterior también darlo a los profesores para cuidar de este comportamiento ya en las aulas y finalmente diseñaría el protocolo de respuesta ante un eventual contagio y de igual manera lo daría a conocer previamente a todos los involucrados, con el fin de que todo mundo supiera exactamente qué hacer y quienes son los responsables de cada parte del proceso. Para evitar la propagación del contagio, habría que tener a disposición inmediata pruebas que nos permitan identificar a tiempo la presencia del virus y aislar los casos de infección.

Una estrategia similar a la planteada requiere prepararse con mucho tiempo de anticipación, un esfuerzo notable de coordinación interinstitucional y un eficaz liderazgo, elementos que no están presentes en política pública alguna del gobierno federal, así que como diría la grey católica: “que Dios nos agarre confesados”.

Antonio.faz2018@gmail.com 

Por Editor